¿Cómo saber si a tu planta le falta iluminación?

Es frecuente que las plantas cambien su producción y se vean de distinta forma cuando no tienen una cantidad de iluminación adecuada. Conoce cómo reconocer la falta de este recurso y que aspectos debes tener en consideración.

La luz es un factor crucial para el crecimiento y desarrollo saludable de las plantas, ya que actúa como fuente de energía a través de la fotosíntesis y juega un papel vital en la percepción del ambiente, proceso conocido como fotomorfogénesis. Este proceso se ve influenciado por varios aspectos del entorno luminoso, como la irradiancia (cantidad de luz que se recibe), la composición espectral (cantidad de luz en cada parte del espectro), el fotoperíodo (duración del día) y la dirección de la luz.

Uno de los principales signos de que una planta carece de luz es el alargamiento anormal de sus tallos. En su intento por alcanzar una fuente de luz adecuada, las plantas desarrollan tallos más largos, ya que los entrenudos—las secciones entre las hojas—se estiran. Este esfuerzo por encontrar suficiente iluminación conlleva un costo energético, lo que lleva a que la planta produzca pocas hojas. Como resultado, el desarrollo de las hojas puede verse comprometido, ya que la luz roja, esencial para iniciar la fotosíntesis, es insuficiente para justificar la creación de más hojas.

Bajo condiciones donde no se reciba suficiente luz, las hojas que se forman son generalmente pequeñas y no se expanden correctamente. Esta falta de desarrollo se traduce en un color amarillento de las hojas, ya que la ausencia de luz limita la producción de clorofila, el pigmento responsable del color verde en las plantas y esencial para la fotosíntesis. En ambientes oscuros o sombríos, la planta no puede producir la cantidad necesaria de clorofila, y las plántulas se tornan pálidas.

Además, las plantas que no reciben suficiente luz tienden a tener un contenido bajo de lignina en sus tallos, lo que resulta en estructuras delgadas, débiles y quebradizas. Este debilitamiento físico hace que las plantas sean más susceptibles a daños y enfermedades. Reconocer estos signos de falta de luz es crucial para garantizar el bienestar de las plantas y asegurar un crecimiento saludable.

Si observas que tus plantas están alargadas, con hojas pequeñas y amarillentas, o si sus tallos son delgados y quebradizos, es posible que necesiten más luz. Considera reubicarlas en un área con una mayor exposición a la luz natural o complementar su iluminación con lámparas específicas para plantas. Asegúrate de que reciban el espectro de luz necesario para fomentar su crecimiento y salud.