Estrategias para realizar buenas prácticas de pastoreo en otoño

Implementar estas prácticas permite optimizar la producción lechera y mejorar la sostenibilidad del sistema, asegurando un uso eficiente de las praderas y un adecuado bienestar animal.

El otoño es una temporada crucial para el manejo del pastoreo en la producción lechera. Las temperaturas más frescas favorecen el consumo de forraje, pero la disponibilidad de materia seca (MS) puede variar según las lluvias del verano precedente y las condiciones climáticas del otoño. Para optimizar el uso de las praderas y mantener una alimentación equilibrada, es fundamental aplicar buenas prácticas de manejo.

Una gestión eficiente del pastoreo requiere medir periódicamente la disponibilidad de forraje y registrar los eventos de pastoreo. Esto permite tomar decisiones basadas en datos objetivos y ajustar la rotación según la tasa de crecimiento de la pradera. Además, evitar el sobrepastoreo es clave para prevenir la compactación del suelo y asegurar la regeneración del pasto.

Otro aspecto importante a considerar es que pastorear antes de que el forraje alcance su estado óptimo de madurez puede generar un exceso de proteína cruda en la dieta, lo que aumenta el riesgo de problemas metabólicos en las vacas. Por ello, ajustar las raciones con base en el aporte real de forraje permite mantener un equilibrio nutricional adecuado. Complementar con cultivos suplementarios como avena o ryegrass anual puede mejorar la calidad de la dieta y sostener la producción de leche.

Por otro lado, las lluvias otoñales pueden afectar las condiciones del terreno, generando zonas de barro en potreros, bebederos y áreas de descanso. Para mitigar estos efectos, es recomendable distribuir puntos de acceso al agua en distintas áreas y proporcionar resguardo para el ganado, evitando el estrés térmico nocturno.

Desde el gremio Consorcio Lechero, han compartido una guía completa de buenas practicas para el pastoreo de vacas lecheras, que podrás leer en este enlace.