Emplean inteligencia artificial y drones para combatir escasez hídrica

Este esfuerzo conjunto entre las universidades de Talca y Beijing marca un hito en la adaptación de la agricultura a los desafíos del cambio climático.

La colaboración internacional entre las universidades de Talca y Beijing está revolucionando la agricultura mediante el uso de tecnologías avanzadas. Este innovador proyecto integra inteligencia artificial, drones y satélites para afrontar los desafíos de la escasez hídrica, optimizando el uso del agua en la producción agrícola en un contexto de cambio climático.

Tecnología para una agricultura más eficiente

El proyecto es liderado por el Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, con un enfoque en la medición precisa del consumo hídrico en cultivos como viñedos y maíz. “Hemos desarrollado modelos biomatemáticos que, mediante drones, determinan con exactitud cuánta agua consume cada cultivo”, señaló Samuel Ortega Farías, director del CITRA.

Esta metodología permite a los agricultores tomar decisiones informadas sobre el riego, basadas en los niveles de estrés hídrico de las plantas y el rendimiento esperado. "El objetivo es ofrecer soluciones concretas que ayuden a los productores a optimizar el uso del agua, especialmente en regiones como el Maule, gravemente afectadas por la sequía", añadió Ortega Farías.

Un impacto internacional y diversificado

Con experimentos en China y Chile, el proyecto ha generado datos técnicos y coeficientes de cultivo específicos para nuevas áreas de producción, como el cultivo de avellano europeo, un sector en expansión en Chile. La investigación ha dado como resultado manuales de manejo hídrico y una cartilla técnica para los productores.

“Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia del agua, sino que también representan un paso hacia una agricultura más sostenible. Además, buscamos convertir esta tecnología en un servicio accesible para los agricultores”, explicó Ortega Farías.

Un aspecto clave del proyecto es abordar la competencia por el agua entre el consumo humano y la agricultura. “La agricultura utiliza entre el 75% y 80% del agua dulce disponible, por lo que es crucial reducir esa brecha y garantizar una mayor disponibilidad para las personas”, agregó.

Formación de talento en tecnología agrícola

El intercambio académico ha sido fundamental para el éxito de esta iniciativa. Estudiantes de pregrado, magíster y doctorado han participado activamente en el proyecto, contribuyendo al desarrollo de investigaciones científicas y publicaciones. Ortega Farías destacó: “Logramos avanzar con un proyecto Fondecyt, consolidando nuestra capacidad científica y tecnológica”.

El trabajo conjunto entre ambas universidades ha fortalecido las redes académicas y profesionales, impulsando la formación de expertos en tecnologías de vanguardia. “Uno de los mayores logros ha sido incorporar este conocimiento en la docencia, formando tanto a investigadores como a profesionales capacitados para enfrentar los desafíos tecnológicos del futuro”, concluyó Ortega Farías.