Avances en la investigación genética de alfalfa a través de colaboración internacional

La colaboración internacional en esta investigación beneficiará directamente a los productores con aspectos como transferencia tecnológica, selección genómica y una colaboración continua, impulsando la divulgación científica de las investigaciones.

El Dr. Luis Inostroza Fuentealba, experto en mejoramiento genético del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Quilamapu, ha regresado a Chile tras una estadía de 19 días en la Universidad de Florida, EE. UU. Su visita se centró en colaborar con destacados investigadores en genética vegetal para potenciar el desarrollo de variedades de alfalfa más productivas y resistentes a la sequía.

Gracias al apoyo del proyecto FONDECYT 1230399, el Dr. Inostroza adquirió nuevos conocimientos y herramientas en selección genómica que permitirán acortar el proceso de desarrollo de nuevas variedades de alfalfa de 10 a 6 años. 

Este estudio utilizó 250 plantas de alfalfa, que fueron analizadas genéticamente con marcadores moleculares. Se combinaron estos datos con tres años de información sobre sus características, que incluyen:

• Producción de materia seca
• Calidad del forraje, evaluando sus niveles de fibra y proteínas
• Datos sobre vigor y estrés hídrico, obtenidos a través de índices espectrales
• Imágenes térmicas y multiespectrales para entender cómo reaccionan las plantas a su entorno.

El Dr. Inostroza. explicó que estas herramientas "permitirán optimizar el análisis de nuestros datos y mejorar la precisión en la identificación de variedades más productivas y resilientes”.

La transferencia de tecnología generará beneficios concretos para los agricultores chilenos, al permitirles acceder a variedades mejoradas en menos tiempo.

El Dr. Inostroza destacó que la selección genómica representa un avance significativo en la eficiencia del mejoramiento genético de la alfalfa, brindando una herramienta que optimiza el proceso de identificación de variedades con alto rendimiento y calidad nutricional. 

Este trabajo posiciona a Chile como un referente en genética forrajera, lo que podría tener un impacto positivo en la ganadería del país y contribuir a la seguridad alimentaria.