¿Qué alimentos cultivar en marzo?

Durante los próximos mese se espera que comiencen las lluvias, las cuales se pueden aprovechar para plantar alimentos que son resistentes a estos climas y aprovecha al máximo la humedad.

El verano ya está por terminar y, a medida que se aproximan las temporadas de frío y lluvia, es crucial planificar correctamente el huerto. Estas lluvias pueden ser aprovechadas para cultivar una variedad de alimentos que se adaptan perfectamente a las condiciones más frescas y húmedas del otoño.

Marzo es un mes ideal para sembrar una gran cantidad de hortalizas y legumbres que prosperan en climas más frescos. Algunas de las mejores opciones incluyen:

Espinacas y acelgas: Estas hojas verdes son excelentes para comenzar a cultivar en marzo, ya que se desarrollan bien en climas frescos. Asegúrese de cosecharlas antes de las heladas.

Lechugas y repollo: Las lechugas de hojas sueltas y otras variedades de hortalizas de hoja pueden sembrarse a finales de marzo, aprovechando las temperaturas más amenas del inicio de otoño.

Brócoli y coliflor: Estas verduras se adapta bien a las bajas temperaturas. Si se planta en marzo, se puede cosechar en los meses siguientes.

Zanahorias: Se pueden sembrar al principio de marzo. La siembra tardía a menudo puede resultar en una cosecha rica y sabrosa, especialmente si se evitan las heladas.

Rábano: Esta raíz se caracteriza por ser de rápido crecimiento. Su ciclo de vida es corto, permitiendo cosechas rápidas y continuas.

Guisantes: La siembra de guisantes en marzo permite que se establezcan antes de que lleguen las heladas, garantizando una buena cosecha más adelante.

Cebollas: Las cebollas pueden ser sembradas desde semillas o plántulas. Con el clima fresco de marzo, tendrán el tiempo necesario para desarrollarse antes del frío extremo.

Las hojas se siembran en un almácigo, mientras que las raíces se plantan directamente en el suelo. Esto se hace para evitar dañarlas durante el trasplante y que crezcan torcidas. Es importante proteger estas plantas y regarlas con frecuencia, asegurándose de que la tierra esté siempre húmeda, pero sin inundarla.

Aprovechar las lluvias de marzo permite que estas semillas germinen adecuadamente, mientras que contribuye a la salud del suelo.