Crecimiento del cultivo de almendros en Chile: desafíos y oportunidades

Con la combinación de innovación tecnológica, estrategias fitosanitarias eficientes y la adaptación necesaria al cambio climático, el almendro en Chile podría consolidarse como un cultivo rentable y competitivo en los mercados internacionales.

La diversificación de mercados ha sido fundamental en la agricultura chilena, ya que permite a los productores contar con una producción rentable y sostenible. En este contexto, el almendro ha ganado relevancia como una opción viable para aumentar la productividad y diversificar la oferta agrícola del país.

Sin embargo, la industria de los almendros enfrenta una serie de desafíos que limitan su competitividad. Uno de los principales problemas es la baja productividad en comparación con otros países productores, como Estados Unidos, donde el rendimiento por hectárea es aproximadamente el doble que en Chile. Este fenómeno responde a múltiples factores, entre los que se encuentran la limitada disponibilidad de patrones adecuados y el bajo desarrollo comercial de nuevas variedades que dificultan la diversificación del cultivo.

Además, muchos huertos en Chile presentan problemas de envejecimiento y enfermedades, que afectan directamente la producción. La falta de un catastro actualizado sobre el estado fitosanitario de los huertos complica la toma de decisiones para la renovación y el manejo adecuado de los cultivos. Sin un control efectivo, las enfermedades pueden reducir drásticamente los rendimientos y aumentar los costos productivos.

Para mejorar la cosecha y postcosecha de almendros, es fundamental establecer un control adecuado de la humedad durante la recolección, así como estandarizar los procesos en las plantas de procesamiento. La inversion en tecnología de riego y fertilización también es crucial para optimizar la producción.

La adaptación al cambio climático es otro aspecto esencial en la evolución del cultivo. Las disminuciones en las horas de frío durante el invierno y la variabilidad en las precipitaciones representan un desafío. La búsqueda de variedades que requieran menos frío y la implementación de riego tecnificado se vuelven vitales para afrontar estas condiciones cambiantes.

Desde el punto de vista fitosanitario, la aparición de nuevos patógenos, como el Polystigma amygdalinum en California, plantea un riesgo significativo para el sector. Este hongo, responsable de la mancha roja del almendro, podría debilitar los árboles si logra ingresar al país. Por ello, es esencial reforzar la vigilancia fitosanitaria y optimizar el manejo integral del cultivo para minimizar la susceptibilidad a este tipo de enfermedades.

A pesar de los desafíos, el cultivo de almendros en Chile posee un gran potencial de crecimiento. 

Se espera que en los próximos años, la industria evolucione hacia una mayor mecanización y eficiencia productiva, lo que contribuirá a mejorar la rentabilidad. Además, un enfoque sustentable que incluya prácticas de manejo integrado de plagas y un uso más racional de fitosanitarios es fundamental para el desarrollo del sector.