Conoce todo acerca de los nuevos reglamentos apícolas

Ante constantes actualizaciones de los reglamentos apícolas, es fundamental que quienes se dedican a esta actividad estén al tanto de las normativas establecidas en la Ley 21.489. A continuación, te dejamos todo lo que debes saber sobre la legislación.

Muchos apicultores, apicultoras y personas que se dedican al rubro, tienen dudas frecuentes respecto a como funcionan los reglamentos apícolas, los cuales en el año 2022 tuvieron una actualización. Si aún no estás informado sobre estas normativas, te dejamos los aspectos fundamentales que debes conocer.

Primero, es necesario que te registres en el Sistema de Información Pecuaria Apícola (SIPEC Apícola), conforme a lo establecido en el Reglamento General de la ley que promueve, protege y fomenta la actividad apícola. Puedes hacerlo a través de este enlace.

Otro punto que debes conocer es la Ley 21.489, normativa que busca impulsar, proteger y fomentar el desarrollo sostenible de la apicultura en Chile. Regula la producción y venta de productos obtenidos de las abejas, así como el manejo de colmenas y los servicios de polinización.

Dicha ley aplica a todas las personas, ya sean individuos o empresas, que se dediquen, de forma habitual o temporal, a la cría, comercio, transporte o explotación de abeja así como a la elaboración de sus productos.

¿Qué registros exige la ley para apicultores?

Se establecen dos registros obligatorios administrados por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG):

1. Registro Nacional de Apicultores: Deben inscribirse todas las personas que realicen actividades apícolas.
2. Registro de Estampadores de Cera: Obligatorio para quienes ofrezcan servicios de estampado de cera.

Esta ley permite tener colmenas en jardines, azoteas y patios, siempre que se cuente con la autorización del comité de administración y se respeten las normativas municipales.

Todos los apicultores deben registrar su apiario en el Registro Nacional de Apicultores, eligiendo entre categorías como producción, polinización, selección y cría, entre otras actividades apícolas.

Las infracciones de esta pueden ser leves, graves y gravísimas, y las multas pueden llegar hasta 200 unidades tributarias mensuales, además del decomiso de productos apícolas que estén adulterados o falsificados.

La miel y otros productos apícolas deben seguir normas de etiquetado que indiquen su origen, tipo y número de registro del apicultor. Está prohibida la venta de miel adulterada, falsificada o contaminada.

Por otro lado, la ley exige que las abejas se mantengan libres de enfermedades. El Servicio Agricola y Ganadero (SAG) puede declarar zonas de control sanitario, imponer cuarentenas y regular el uso de plaguicidas para salvaguardar la salud de las colmenas.

Finalmente, en cuanto a los plaguicidas, los productores deben seguir estrictamente las indicaciones de las etiquetas de plaguicidas autorizados y notificar a los apicultores antes de usar productos que puedan afectar a las abejas, ya sea de forma aérea o terrestre.

Puedes conocer el detalle de la ley en este enlace.