Investigación chilena reduciría en casi 50% tiempos de desarrollo del forraje de alfalfa

La investigación en genética vegetal es clave para asegurar la sustentabilidad de la producción agropecuaria.

Una investigación que apunta al descubrimiento de los componentes genéticos que modulan el rendimiento y la calidad del forraje de alfalfa en ambientes propensos a sequía promete reducir en casi 50% los tiempos de desarrollo de nuevas variedades. 

El proyecto, adelantado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), a través de expertos de la sede Quilamapu, y en colaboración con investigadores de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, apunta a la aplicación de técnicas avanzadas de selección genómica para reducir a seis años el desarrrollo de nuevas variedades que actualmente toma hasta 10 años.  

Según información entregada por el INIA, la alfalfa es una planta con un ciclo de mejoramiento largo y costoso, debido a su naturaleza genética, por lo que, tradicionalmente, se necesitan al menos tres años de pruebas de campo sólo para seleccionar padres con alto potencial de producir progenies con alta producción y calidad de forraje. 

Con la selección genómica, es posible predecir estas características en un lapso acotado y así evaluar su desempeño en el campo.

Así, los nuevos cultivos se adaptarían a la diversidad agroclimática de Chile, desde Arica hasta Magallanes, optimizando su rendimiento y resiliencia en distintas condiciones productivas.

Con los resultados de esta investigación se espera que los agricultores accedan a variedades mejoradas en menor tiempo, pero también que Chile se posiciones como un referente en genética forrajera.