Seminario analizó desafíos de la agricultura familiar campesina para acceder a mercados internacionales

La Agricultura Familiar Campesina e Indígena (AFCI) enfocó sus principales brechas de exportación durante encuentro organizado por Fedafruc, Sercotec, Indap, ProChile y el Programa Transforma Fruticultura Sustentable de Valparaíso

La Agricultura Familiar Campesina e Indígena (AFCI) busca superar las barreras de exportación mediante la asociatividad y prácticas sostenibles, en un escenario donde los altos volúmenes de producción y la tecnificación representan los principales desafíos.

El desafío exportador de la pequeña agricultura fue el tema central del Seminario "Fruticultura Sustentable y Mercados en la Agricultura Familiar", donde expertos y autoridades analizaron las brechas que enfrenta el sector. A pesar del reconocimiento internacional de la agricultura chilena, los pequeños productores enfrentan significativas barreras para su internacionalización.

"Hay experiencias exitosas de cooperativas y de empresas más pequeñas que están exportando. Sin embargo, el gran desafío de la pequeña agricultura son los volúmenes, el capital y la inversión tecnológica para poder llegar a mercados más desarrollados", señaló Alex Sawady, coordinador nacional del área de Agroindustria de Prochile.

Esta realidad fue respaldada por Pedro Guerra, presidente de la Federación Nacional de la Fruticultura Familiar Campesina (Fedafruc), quien afirmó: "No hay una política real por parte del Estado para equilibrar la balanza y permitir que la pequeña agricultura llegue a los mercados de afuera. Hoy en día, prácticamente la única opción que existe es venderle a las exportadoras y muchas veces con precios que no son razonables".

La sustentabilidad se instala como factor diferenciador para el sector. Marcela Carrillo, gerente del Programa Fruticultura Sustentable (Perfruts), destacó que "se requiere fomentar la asociatividad y promover el acceso a la tecnología, a la innovación y, sobre todo, avanzar en sustentabilidad".

Los especialistas coinciden en que el trabajo colaborativo y las prácticas sostenibles son fundamentales para que la pequeña agricultura compita en el mercado internacional. La formación de cooperativas y alianzas estratégicas permitiría aumentar volúmenes de producción y también implementar prácticas que respondan a la creciente demanda global de productos sustentables.