Bancos de alimentos combaten la inseguridad alimentaria en Chile

Bancos rescatan alimentos que, por diversas razones, no pueden ser comercializados pero aún mantienen sus propiedades nutricionales, distribuyéndolos a poblaciones vulnerables y mejorando así la seguridad alimentaria.

La seguridad alimentaria y el cambio climático son dos desafíos cruciales que requieren atención urgente. En este contexto, los bancos de alimentos están emergiendo como una solución efectiva que aborda ambos problemas simultáneamente. 

En Chile, los bancos de alimentos han estado operando durante varios años. Organizaciones como la Red de Alimentos y el banco de alimentos del Mercado Lo Valledor en la Región Metropolitana están a la vanguardia de estos esfuerzos. 

El banco de alimentos de Lo Valledor ha logrado un impacto grande, beneficiando a más de 161.000 personas y donando más de 4 millones de kilogramos de alimentos. Aquellos productos que no son adecuados para el consumo humano se destinan a programas de alimentación animal o compostaje. 

La importancia de estas iniciativas va más allá de la seguridad alimentaria. El desperdicio de alimentos en vertederos contribuye  a la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente metano, que es 25 veces más potente que el CO2. Los bancos de alimentos ayudan a mitigar este impacto ambiental al reducir la cantidad de alimentos que terminan en vertederos, contribuyendo así a frenar la crisis climática. 

Los expertos coinciden en que los bancos de alimentos deben ser parte de las estrategias de seguridad alimentaria. Al producir y distribuir alimentos de manera más eficiente y sostenible, estas organizaciones además de garantizar el derecho a la alimentación, promueven prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente.